Singulares edificaciones emergen en terrenos de pura abstracción, arquitecturas de complejas superficies que conforman infinitos laberintos.
En estos juegos de construcción, Lee Oliver investiga las posibilidades de la geometría fractal y utiliza la misma fórmula como base para crear sus ciudades imaginarias. Metáforas urbanas que, ante el deshabitado paisaje, provocan sentimientos de angustia y desesperación.
El único refugio parece ser un tótem que, como oasis en el desierto, trae un alivio ante el interminable vacío.
El arte de Lee Oliver explora la geometría fractal a través de la imagen digital, el modelado 3D y la escultura de impresión 3D. Su fascinación por los fractales comienza en su paso por la escuela media y desde entonces, ha trabajado en la investigación de este universo matemático. La infinita extensión de la repetición funciona como un lugar de consuelo, una zona de confort. Los modelos fractales Mandelbulbs y la Esponja de Menger le permiten construir su propio espacio virtual donde habitar y moverse sin rumbo ni dirección.
